jueves, 14 de noviembre de 2013

Textos folclóricos


No me puedo ni imaginar cuantas versiones diferentes de cuentos clásicos mi familia me ha podido contar. El cambio principal lo veía en la persona que me lo contaba. Las grandes diferencias se podían percibir entre las historias que me contaba mi abuelo y mis padres. Mi abuelo no hacía ningún tipo de adaptación del cuento que a él le llegó en su momento, mientras que en el caso de mis padres, lo intentaban representar, cambiaban sus voces, si el personaje era un niño o un adulto, y adaptaban el argumento, no hablando de muerte o de aquellos temas que ellos pensaban que no eran aptos para mí. Pero tengo que decir, que prefería la versión de mi abuelo, aunque nunca se lo llegué a decir a mis padres, que se enterarán cuando lean este artículo. Otra cosa curiosa es que cuando era niño, era el receptor de esas maravillosas historias y en la actualidad he cogido el rol de divulgador y de creador de nuevas historias, siendo mis receptoras mis hijas.
Todas estas historias que me fueron contadas cuando era pequeño me transmitieron una serie de valores y alegrías que me han sido muy útiles en mi desarrollo a lo largo de mi vida.
Pienso que sería interesante recoger algunas definiciones que me han llamado la atención de folclore.
Antonio Machado lo define como “la composición de dos términos anglosajones: folk, que significa gente, persona, género humano, pueblo, y lore, que equivale a doctrina, enseñanza, lección, instrucción, saber. En consecuencia, el folklore es el saber popular, el conocimiento de las gentes”. Este concepto fue utilizado por primera vez por George Laurence Gomme, en 1846, aunque se considera el creador a William John Thoms (escribía con el pseudónimo de Ambrose Mertonen).
William Bascom, “El folklore abarca todo lo popular: el arte, la artesanía, los trajes, las costumbres, las creencias, la medicina, las recetas de cocina, la música, los bailes, los juegos, los gestos, el habla, así como aquellas manifestaciones orales que han sido clasificadas de literatura popular, pero que responden más exactamente a la denominación de arte verbal u oral. Este último, que comprende los cuentos populares, leyendas, mitos, proverbios, adivinanzas y poesía, ha constituido, desde los orígenes de la especialidad, el objeto primordial de las investigaciones folklóricas, tanto entre los humanistas, como entre los sociólogos y antropólogos” (la Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, 1974).
El folclore está presente en nuestras vidas desde que nacemos y nos va a perseguir a lo largo de toda ella.
Son tres las características principales del folclore: su anonimato porque no conoce el autor, se transmite oralmente y la multiplicidad de variantes que existen, pero eso sí, yo no podría valorar ni creo que nadie, cual versión es mejor que la otra.
Dentro de los géneros folclóricos que menos conocimiento tenía era la poesía y el teatro, pero recopilando información, me empecé a dar cuenta de que tanto el teatro y la poesía folclórica de una manera u otra formó parte de mi niñez.
La historia del teatro folclórico y de los títeres es muy antigua, empezando en el antiguo Egipto hasta nuestra época.
Federico García Lorca escribió obras de teatro para guiñol que recomiendo a todos el leerlas.
En España, existían los denominados “Cómicos de las lengua”, que eran un tipo de juglares que viajaban en sus carretas (roulotte) por pueblos y ciudades de toda España donde hacían sus representaciones, destinadas a un público más adulto pero  dentro de lo que ellos representaban contaban con un tipo de representaciones dirigidas a los niños que denominaban “títeres de cachiporra”.

Se caracterizaban porque todas tenían el mismo argumento y eran representadas por marionetas. La manera en la que conectaban con los niños era a través del contacto directo con ellos, les hacían partícipes. Siempre hay un personaje principal que al principio y a lo largo de la representación interactúa con los niños, también está la persona o cosa a la que ama con toda su alma el personaje principal (niña, animal u objeto), y por último el personaje malo que quiere quitarle a éste lo que desea y quiere. No podemos olvidar el elemento principal y que le da nombre “la cachiporra”, que con ayuda del público el personaje principal golpea al malo.
Son muchos los recuerdos que se me vienen a la cabeza cuando pienso en las representaciones con marionetas que veía en “la corredera” (plaza muy grande y antigua que tenemos en Córdoba), los sábados y domingos por la mañana cuando era pequeño. Algunas veces todavía se puede disfrutar de estas representaciones en Navidad o en la “Semana Medieval” que celebramos en Córdoba.
Actualmente en muy pocos sitios se pueden encontrar teatro de títeres y se dice que va dirigido a un público infantil, aunque a mí me encanta y disfruto y me río muchísimo, sobre todo con los de cachiporra. Los que vivimos en Madrid somos muy afortunados porque podemos seguir disfrutando de ellos. Soy positivo y espero que las representaciones con títeres resurjan porque son maravillosas y hacen disfrutar tanto a niños como a mayores. Como futuro profesor de primaria sin lugar a duda voy a incluir en mi aula talleres de representación de obras con títeres.
Abarcando diferentes áreas empezando por la creación de la marioneta, y una vez realizada tendrían los alumnos que pintarla, crearle su ropa, vestirla... También serviría de gran estímulo para el estudiante porque tendría que contarle a sus compañeros una historia a través de un papel que tendrá que representar con su marioneta, fomentando de esta manera la creatividad y el interés del niño. La obra a representar, dependiendo de la edad del niño, podrían inventarla ellos mismos o si eligiéramos alguna en concreto, me encargaría de adaptarla si eso fuera necesario. Puedo imaginarme la carita de los niños disfrutando con esta actividad en clase y estoy seguro que en casa se la representarían a sus familias.
La poesía folclórica siempre ha estado de una manera u otra muy presente en nuestra infancia, o bien a través del juego, de la música o de algunas oraciones que recitábamos antes de dormir, como la de “cuatro esquinitas tiene mi cama” pero recuerdo una oración especialmente que mi madre siempre decía antes de acostarse.
Santa Bárbara bendita,
que en el cielo estás escrita,
con papel y agua bendita,
en el ara de la cruz
padre nuestro, amén Jesús.
No podemos confundir la poesía folclórica con la poesía popular. La poesía folclórica se transmitía de forma oral y no tenía autor conocido y se iba variando con el tiempo, mientras que la poesía popular sí tiene autor, pero que al recitarla o cantarla tan frecuentemente se llegaba a olvidar el autor.
Hasta que el pueblo las canta
las coplas, coplas no son;
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.
Manuel Machado
Actualmente me sucede con canciones que canta el grupo Cantajuegos y que originariamente las cantaban Teresa Rabal, Torrebruno y el grupo Parchís por mencionar algunos, pero que seguro que después de este grupo vendrán otros y finalmente nos olvidaremos de quién las cantaba originariamente.
Hoy en día puedo constatar que estas cancioncillas en forma de conteo para juegos se siguen utilizando en la escuela porque mis hijas las siguen utilizando y cuando ellas las cantan se quedan sorprendidas de que yo me las sepa.
Uni, doli, treli, catoli, quini, quineta, estando la reina, en su camareta llegó Fermín, apagó el candil, candil, cando, cuéntalas bien, que las veinte son.
Las utilizábamos cuando en los juegos se tenía que determinar quién era el que se la quedaba, ¡Qué recuerdos!Pedro Cerrillo, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha e investigador del CEPLI (Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil), es una figura importantísima especialmente en el tema que estamos tratando del folclore, concretamente por sus estudios sobre la poesía folclórica en España.
Clasifica la poesía según su temática en tres grupos:
1. Rimas de ingenio (se recitan): destacamos las retahílas que son esas pequeñas piezas poéticas que se utilizan en los juegos (una, dos y tres, tinta, plumero y papel…), adivinanzas, trabalenguas, burlas (quién se fue a Sevilla, perdió su silla).
2. Juegos y rimas de movimiento y acción: nanas, las de balanceo, cosquillas y risas, lanzar objetos, andar, saltar.
Cinco lobitos tiene la loba
blancos y negros detrás de una escoba.

3. Danzas de corro: Son cancioncillas que sirven para que los niños interactúen los unos con los otros (dar palmas, saltos y giros, pasillo y mimos).
Al corro de la patata,
Comeremos ensalada,
como comen los señores,
naranjitas y limones
achupe, achupe,
sentadita me quedé.

Pienso que la poesía folclórica es muy útil introducirla en el aula empezando con los más pequeñitos.
- Los trabalenguas, difíciles de decir pero son muy buenos para fomentar una dicción ágil.
- Los acertijos y las adivinanzas, despiertan en el niño la curiosidad y de alguna manera les hacen pensar.
- Las retahílas, permiten al niño aprender a contar tras la repetición de las palabras.
- Las cancioncillas de juegos bien utilizadas pueden ser buenas herramientas educativas, porque no podemos olvidar que con estas edades el juego es una herramienta de aprendizaje muy importante.
La prosa folclórica son cuentos. Los cuentos son narraciones breves que cuentan hechos imaginarios y que al ser transmitidos oralmente, son muchas las versiones que se han ido realizando a lo largo de la historia, coincidiendo en su estructura pero no en los detalles. Como comenté en el principio de este artículo, las diferentes versiones que he oído del mismo cuento dependiendo de la persona que me lo contaba.
Tuve la gran suerte de tener personas que me contaban cuentos tanto en casa como en el colegio. En la comunidad de vecinos donde pasé mi niñez, mis hermanas y sus amigas nos sentaban a mis amigos y a mí en la azotea (donde nos moríamos de calor) y nos contaban cuentos como la bella durmiente, cenicienta, y disfrutábamos muchísimo oyéndolas interpretar esas maravillosas historias.
En mi colegio teníamos al Hermano Serafín que nos contaba cuentos tradicionales cuando nos íbamos de excursión. Recuerdo que íbamos a un caserón, que era la residencia de verano de los Hermanos Maristas y tenían un salón gigante (al menos eso me parecía a mí cuando tenía diez años). También recuerdo que había un gran eco y eso le daba una sensación muy grande de respeto y solemnidad y allí nos sentaba a todos deseosos de que nos contara esas historias maravillosas, con esos personajes tan valientes sin miedo a nada. Al final del cuento, nos hacía preguntas (lo que hoy llamamos lluvias o tormenta de ideas) sobre los personajes, la historia, si nos había gustado o no, si cambiaríamos algo del cuento… ¡Qué suerte la mía!
Si hace treinta años el cuento se trabajaba en la escuela y hablo en mi caso, ¿por qué no trabajarlo hoy en día? ¿Tan diferentes somos los niños de hace treinta años a los de ahora?

Al hablar de folcloristas y sabios de los cuentos populares no podemos dejar de comentar la figura más importante, Vladimir Propp. Fue un erudito ruso dedicado al análisis de los componentes básicos de los cuentos populares de su tierra. Tras un preciso análisis de cien cuentos maravillosos del folclore ruso, describió la estructura formal de éstos.
Propp afirma que todos los cuentos tienen una misma estructura, con unos componentes fundamentales: “las funciones”. Por “función” entiende la acción que ejecuta un personaje, denominado por un concepto abstracto (alejamiento, entrega del objeto mágico, combate, viaje de ida...). Lo importante es qué hacen los personajes, sin pararse en el contenido concreto de cada anécdota: es decir, quién y cómo realiza la acción concretamente en cada historia no es importante. Así logra individualizar treinta y una funciones, sostenidas por siete personajes principales: El héroe, el falso héroe, el agresor, el donante del objeto mágico, la víctima, el padre de la víctima y los auxiliares del héroe. Hay que destacar su obra “Morfología del cuento”.
Propp clasifica los cuentos populares en cuatro categorías:
1. Mitos: cuentos protagonizados por dioses y héroes en el que se trata de dar una explicación fabulosa a determinados hechos o realidades, como la creación del Universo, la aparición del ser humano, el origen de ciertas especies naturales…
La mayoría de las culturas han desarrollado sus propios mitos, en general, relacionados con las creencias y vida religiosa.
2. Cuentos de animales: sus personajes estaban encarnados por animales, como ejemplo los tres cerditos. Propp incluye bajo este tipo de cuentos:
- Los cuentos de animales propiamente dichos, que no suelen contener moraleja
- Las fábulas, cuyos personajes suelen ser también animales pero éstas sí están cargadas de moralejas. Sus temas recurrentes siempre han sido los vicios y los defectos del ser humano (la envidia, la codicia, el engaño, la arrogancia, la maldad, la mentira) pero intentando sacar lo mejor siempre y cuando siguieras el consejo que nos da la moraleja final.
Los autores más importantes de fábulas son Esopo (El pastor y el lobo, La lechera y la cántara, El raposo y el cuervo, El mono y el camello, La luna y su madre, La zorra y las uvas, La tortuga y la liebre), Samaniego (Los dos amigos y el oso, La cigarra y la hormiga, El viejo y la muerte, La gallina de los huevos de oro) e Iriarte (El burro flautista y la cotorra) y de Don Juan Manuel “El conde Lucanor”.
- Cuentos de fórmula: son cuentos muy breves, en los que nos interesa más la forma en que se narran y el efecto que tienen en el niño que el contenido. En estos tipos de cuentos se emplean muchos recursos estilísticos.
Había una vez un pollito inglés que se fue a Francia y se volvió francés. Este es el cuento de una ardilla, te lo cuento y se acaba enseguida. Cuando los chinos de Chinano tienen nada que hacer tiran piedras hacia arriba y dicen que va a llover.”
- Cuentos de hadas o Cuentos maravillosos. Este tipo de cuentos suelen estar protagonizados por hadas pero también encontramos personajes como ogros, duendes, animales que hablan… en el caso de caperucita roja, el lobo nos deleita con su voz.
Actividades que propondría para trabajar la prosa folclórica en el aula:
- El profesor  es el narrador. Contaría un cuento conocido por los niños, cometiendo algunos errores por lo que el niño interactuarían con el profesor ayudándolo a construir la historia correctamente y cogiendo junto al maestro el rol de narrador.
- Dejar que los niños cuenten y creen un cuento a partir de unas pautas que el maestro propondrá, como algún personaje, el lugar donde tendría lugar la historia…
- El maestro irá contando un cuento y mostrará fotos del cuento que está contando. Cuando los niños tengan clara la historia sacará a uno o varios niños y tendrán que contar el cuento ayudándose de las fotografías o el maestro sin contar la historia les dará unas fotos y éstos tendrán que contar un cuento.
- Crear un cuento en conjunto, es decir, un niño o el maestro empiezan una historia y otro compañero la tendrá que seguir así hasta que todos participen.
La literatura folclórica que conocemos hoy en día tenemos que agradecérsela a las personas que se interesaron por ella y la trasladaron a un papel. A todos ellos muchísimas gracias porque nos han permitido y nos seguirán permitiendo dejar volar nuestra imaginación.
Hay que hacer una diferenciación entre “adaptación” y “versión”, distinción que no tenía muy clara. La versión es una modificación sin ningún tipo de intención, mientras que la adaptación sí que se realiza con una intención.

Charles Perrault es el primer recopilador. Nació en Francia en 1628. Vivía en la corte con Luis XIV al que le encantaba escuchar historias y cuentos. Las historias que recogía y adaptaba Perrault siempre tenían una intención moralizante y quería moralizar a todas aquellas personas que vivían en la corte.
 



Los Hermanos Grimm se dedicaron a recopilar historias de su Alemania natal y un día llegaron a encargarles que escribieran un libro con todas estas historias recopiladas.
Lo que no me queda nada claro es que si sus historias recopiladas eran historias de Alemania, ¿por qué la Caperucita Roja y La Cenicienta vinieron de la mano de Perrault un siglo antes. 
Se encontraron con muchas quejas por parte de su público ya que pensaban que sus historias recopiladas eran un poco toscas, utilizando un vocabulario grosero, pero a ellos eso les daba igual porque ellos no pretendían ni querían dirigirse a un público en concreto y no pensaban que era apropiado hacer cambios de sus recopilaciones, pero al final tuvieron que hacer pequeñas adaptaciones para un público más infantil y estas fueron las que más calaron y aún siguen calando en nuestra sociedad y las más utilizadas en la educación de los niños.
Hans Christian Andersen, aparte de recopilador y adaptador, fue autor. Lo que sí choca un poco para aquellos que hayan leído cuentos de él, es que suelen ser bastante tristes, y digo lo de choca porque supuestamente van dirigidos a los niños, pero personalmente pienso que él era un escritor de historias y no quería encasillarse en un determinado público.
Dicen que el maravilloso cuento “El patito feo” se trata de la biografía de él.
 



Creo que hay que dejarse de recopiladores, adaptadores extranjeros y hablar sobre grandes recopiladores españoles.
Fernán Caballero (seudónimo Cecilia Böhl de Faber y Larrea), adoptó este nombre porque en su época no se le tenía mucho respeto a la mujer que se dedicaba a escribir.
 
Iba recogiendo cuentos por Andalucía y los adaptaba, publicando “Cuentos, oraciones y adivinanzas populares infantiles” y “Cuentos y poesías populares”.
 
 
 


Saturnino Calleja Fernández fundó una de las más importantes y antiguas editoriales de cuentos para niños.
Publicó gran cantidad de cuentos dirigidos a niños y jóvenes y se caracterizaba porque cuidaba mucho las ediciones de sus libros.
Me ha encantado saber la procedencia de la frase “tienes más cuento que calleja”.
Tengo muy claro que voy a incorporar cuentos folclóricos en el aula, pero también tengo muy claro que los cuentos que vaya a contar tendrán que ser adecuados a la edad de mis alumnos. ¿Cómo saber si un cuento es adecuado para la clase? En primer lugar, escuchar a mis alumnos, llegar a conocer sus gustos, y después obviamente como profesional que soy tendré en cuenta otros aspectos más formales.
También hay que tener en cuenta las capacidades de mis alumnos, sus necesidades e intereses por determinados cuentos. Lo siento por repetirme pero ante todo voy a escuchar a mis alumnos porque ellos tienen muy claro lo que quieren o no quieren oír.
Otro punto importante y que me hace reflexionar es la adaptación o no de las historias que vaya a narrar en clase. Pienso que si previamente he hecho una buena selección de lo que voy a contar en clase, ¿para qué voy a adaptar? Creo que perdería muchísimo la historia.
Le prestaría atención al vocabulario del cuento que piense que no tengan que saber por su edad, lo presentaría a la clase de una manera dinámica y participativa, preguntándole a ellos antes de yo definir la palabra.
Del mismo modo que ignoramos a que edad, un determinado cuento será importante para un determinado niño, tampoco podemos saber cuál de los numerosos cuentos existentes debemos contar, en que momento, ni por qué. Tan sólo el niño puede revelárnoslo a través de la fuerza del sentimiento con que reacciona a lo que un cuento evoca en su consciente e inconsciente”. Bettelheim
Los niños cuando oyen la palabra “cuento”, se les abren los ojos, los oídos y su imaginación empieza a dispararse, ¿cómo no se van a usar cuentos en el aula?
Dejé en el aire dos preguntas y que después de reflexionar sobre el folclore en todas sus vertientes me gustaría contestarlas ahora. Referente a trabajar el cuento en el aula, ya la he contestado y es un “sí” rotundo. En cuanto a la segunda pregunta de si los niños de hoy en día son diferentes  a los que fuimos niños hace treinta años, pues no, porque el niño es niño aunque pasen mil años, y aparte de eso todos tenemos algo de niño en nuestro interior.
Bibliografía y Webgrafía utilizadas y muy recomendadas
- Apuntes de clase
- www.revistababar.com
Dentro de la revista babar recomiendo estos dos articulos porque incluyen información importante sobre los Hermanos Grimm.
Artículo: “Hermanos Grimm: Viejos ritos, nuevos valores”
Artículo: “Cuentos de Grimm ilustrados por Arthur Rackham”
- http://www.cuentosdecalleja.org/
Esta web está dirigida por el nieto más joven de Don Saturnino Calleja Fernandez. Recoge información muy interesante cómo la editorial que creó.
-http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?id=489
Es una revista online donde he encontrado mucha información sobre el folclore y sus autores en España.
Webs que recomiendo para padres, hijos, maestros…http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/folclor/folclor.htm
Una web donde puedes encontrar todos los cuentos que puedas imaginar, e incluso algunos que se pueden escuchar.
Muy recomendada para padres y educadores
http://www.fundacionlengua.com/cuentos-populares/
La Fundación de la Lengua Española pone en marcha este proyecto junto a la Fundación Villalar para publicar en esta web cuentos tradicionales grabados por voces de Castilla y León. Las adaptaciones e ilustraciones también corren a cargo de artistas de esta región. La finalidad de este proyecto es difundir la cultura y lengua española mediante recursos educativos para su utilización dentro del aula y en las clases de español.
http://www.cajamagica.net/aventura.htm Una web interesante para profesores y padres porque te dan pautas para que el niño pueda crear sus propios cuentos fantásticos y enviarlos.
http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/index
Es una página web donde se pueden encontrar todos los cuentos de los Hermanos Grimm y me parece muy interesante porque sus cuentos vienen en diferentes idiomas.
http://www.edyd.com/
Web donde puedes encontrar muchísimas fábulas y todas las fábulas de Esopo
http://www.todocuentos.es/view.php
La recomiendo porque puedes encontrar todos los cuentos que quieras, desde los populares a los más actuales.
 


5 comentarios:

  1. Estupendo artículo, Antonio. Enhorabuena. :)
    Me encanta que te sientas interpelado intelectual y emocionalmente como padre, como antiguo estudiante y como maestro en lo que vamos viendo en la asignatura.
    Sé, que aunque aquí no has sido demasiado crítico con el escasísimo uso que se hace de estos textos en Ed. Primaria (no así en Ed. Infantil), eres consciente de ello por otras de tus entradas. Este artículo está perfecto y redondo como está, no hace falta que lo completes, pero no dejes de lado, en artículos posteriores, la crítica a lo que estás viendo (o no viendo) en tus prácticas en relación con los temas trabajados y con la orientación emocional y artística que le estamos dando al uso de la literatura infantil en la asignatura.

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  2. En primer lugar muchas gracias por tus comentarios.
    Creo que me vas conociendo un poco y no quiero que salga mi lado critico referente a la experiencia que estoy teniendo en mis prácticas en el campo de la literatura. Aunque te prometo que lo seré y desafortunadamente mis críticas van a ser bastante negativas.
    Muchas gracias de nuevo

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  3. Estos artículos me están sirviendo para darme cuenta de la maravillosa educación que me ofrecieron mis padres y de los grandes profesores que tuve.

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  4. En este artículo estas en tu salsa. Aquí están tus recuerdos de la niñez, y tu afán por convertirte en continuador de esa labor de transmisión oral tan necesaria. Y coincidimos en sacar a "pasear" el Cantajuegos (al que aprecio desde una perspectiva crítica).
    Me ha gustado mucho, y la revista Babar me encanta.

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  5. Es que si de algo de lo que me puedo sentir orgulloso de mi vida, es de mi niñez,

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